La relevancia turística de la ciudad de Córdoba está fuera de toda duda, no en vano llegó a ser declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1994. El devenir de la historia vino a concentrar en la ciudad tres culturas diferentes, la judía, la musulmana y la cristiana simultáneamente, lo que ha propiciado un legado monumental y cultural de primer orden. Desde luego el mejor de los finales para un viaje como el Andalbike Monumental.
Historia
Los orígenes de Córdoba se pierden en el tiempo. Su situación cercana al río Guadalquivir y la riqueza de las tierras de la campiña la configuraron como lugar idóneo para las primeras ocupaciones prehistóricas. Pero no es hasta el Bronce Final (siglos IX y VIII a.C.) cuando se crea el primer asentamiento propiamente dicho. Con la llegada de fenicios y griegos a la península, la ciudad se reafirma como un importante centro minero y comercial gracias a la navegabilidad del Guadalquivir.
Fue a mediados del siglo II cuando el general romano Claudio Marcelo, funda Corduba, erigiéndose desde este mismo momento como capital de la Hispania Ulterior. El traslado de la capitalidad a Hispalis y la disgregación cada vez más inminente del imperio, sumen a la localidad en un estancamiento cultural y económico que imperará durante todo el periodo de ocupación visigoda.
Sin embargo, en el siglo VIII, tuvo lugar un hecho que cambiará la historia de todo el mundo occidental y que tiene como escenario Córdoba. En el año 711 los musulmanes se hacen con el dominio de la ciudad convirtiéndola desde entonces en la capital de una nueva provincia del mundo islámico a la que llamarán Al-Andalus. Pero será con Abd al-Rahman III cuando Córdoba cobre un total protagonismo. En el año 929 es proclamada capital del califato independiente de Damasco, siendo sede religiosa, política y administrativa de todo el reino islámico occidental. Bajo el mandato del primer califa se levanta Medina Azahara, efímera ciudad extramuros de la medina, fuente de inagotables leyendas debido, en parte, a los ricos materiales empleados en su construcción.
En el año 1236 Córdoba es reconquistada para el cristianismo por Fernando III. Expulsados los musulmanes, los Reyes Católicos-que organizaron desde Córdoba el asalto final al reino nazarí de Granada-harán lo mismo con la comunidad judía, acabando así con un periodo fascinante que dejó como legado las primeras muestras escritas de lírica popular y dio origen al estilo mudéjar.
A principios del siglo XIX Córdoba sufre el asedio de la ocupación francesa. Fiera fue la lucha y constante la oposición que encontraron los ejércitos napoleónicos. Pese a ello, la renovación urbanística que se proyecta en estos años de gobierno francés será predominante en el futuro.
La ingente cantidad de lugares destacables y merecedores de una visita en Córdoba haría bastante larga y extensa su exposición en estas líneas, algo que tampoco perseguimos y que podrá obtener el lector en la guía adjunta y en el enlace de referencia citado al final de este. Por lo tanto vamos a destacar los más sobresalientes para una rápida visita.
Mezquita-Catedral. La Mezquita-Catedral de Córdoba, es el monumento más importante de todo el occidente islámico y uno de los más asombrosos del mundo. En su historia se resume la evolución completa del estilo omeya en España, además de los estilos gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana. La gran mezquita consta de dos zonas diferenciadas, el patio o sahn porticado, donde se levanta el alminar (bajo la torre renacentista), única intervención de Abd al-Rahman III, y la sala de oración o haram. El espacio interior se dispone sobre un concierto de columnas y arcadas bicolores de gran efecto cromático.
Alcázar de los Reyes Cristianos. El Alcázar cordobés, fortaleza y palacio de sólidos muros, encierra en su interior gran parte de la evolución arquitectónica cordobesa. Restos romanos y visigodos conviven con los de origen árabe en este majestuoso solar, ya que fue lugar predilecto de los distintos gobernantes de la ciudad. Cuando en 1236 Córdoba es conquistada por Fernando III el Santo, el edificio, que formaba parte del antiguo palacio califal, estaba totalmente asolado. Alfonso X el Sabio comienza su restauración, completada durante el reinado de Alfonso XI. A lo largo de la Historia se le ha dado múltiples usos, como sede del Santo Oficio (Inquisición), o cárcel (en la primera mitad del siglo XIX).
Sinagoga. Única en Andalucía y tercera de las mejor conservadas de época medieval de toda España, está situada en el barrio cordobés de la Judería. Construida entre los años 1314 y 1315 según las inscripciones halladas en el edificio, sirvió de templo hasta la definitiva expulsión judía. A través del patio se accede a un pequeño vestíbulo. A la derecha de éste suben las escaleras que dan acceso a la zona femenina. Al frente se abre la estancia principal. De planta cuadrangular, se encuentra decorada con atauriques mudéjares.
Medina Azahara. Medinat al-Zahara, la fastuosa y misteriosa ciudad que Abd-al Rahman III mandó construir a los pies de Sierra Morena, a ocho kilómetros de la capital, encierra, incluso en su nombre, historias legendarias. La tradición popular afirma que, autoproclamado Abd al-Rahman III califa en el 929 d.C., y tras ocho años de reinado, decidió edificar una ciudad palatina en honor a su favorita, Azahara. Actualmente cuenta con un centro de interpretación-museo desde donde un servicio de autocares nos traslada a la propia ciudad.
Puente Romano y Torre de La Calahorra. Este puente, levantado en el siglo I a.C., ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de la historia. La estructura principal data del medievo, siendo la intervención más reciente de 1876. Consta de dieciséis arcos, cuatro apuntados y el resto de medio punto. En el extremo sur del puente Romano se levanta la torre albarrana de La Calahorra sobre una construcción islámica. Su situación estratégica como punto de entrada a la ciudad le confirió una gran importancia en la historia militar. Hoy en día, tras diversos usos, como cárcel y escuela, acoge un museo sobre la convivencia entre las culturas judía, cristiana y musulmana.
Museo arqueológico. Desde 1965 el palacio de estilo renacentista de los Páez de Castillejo, alberga a uno de los más completos museos arqueológicos de España. Es la institución encargada de conservar, investigar y difundir los restos materiales pertenecientes al patrimonio arqueológico de Córdoba y provincia, desde la prehistoria hasta Al-Andalus. Sus numerosas salas y patios recogen muestras de distintas épocas y estilos arquitectónicos. A lo largo de tres patios y ocho salas la historia parece hablar desde las piezas expuestas, trasportándonos, de sala en sala, de patio en patio, a esa Córdoba del recuerdo.
Las Cruces de Mayo. A primeros de mayo y tras la Batalla de las Flores, en las que una cabalgata de carrozas decoradas con flores pasean por Córdoba dando la bienvenida a la primavera, se celebra el concurso popular de Cruces de Mayo. En los patios y plazas se levantan cruces de gran tamaño decoradas con flores, macetas y mantones de Manila. Las asociaciones de vecinos y peñas instalan una barra de bar donde se sirven las tapas típicas y bebidas que reconfortan al visitante. Todo amenizado con música de sevillanas y espectáculos nocturnos de baile.
La Feria de mayo. La Feria de Córdoba se celebra normalmente a finales de mayo, en conmemoración de Nuestra Señora de la Salud. En el recinto del Arenal se dan cita caballistas, gitanas y flamencos. En las casetas, que son públicas, todos los visitantes tienen las puertas abiertas para entrar en aquellas que deseen, que es precisamente en lo que consiste parte de la diversión.
La Semana Santa. La Semana Santa de Córdoba, a diferencia de otras, es silenciosa y recogida. Las procesiones enmarcadas en el casco histórico de Córdoba, Patrimonio de la Humanidad, destacan especialmente convirtiéndola en una de las más relevantes de Andalucía. En Córdoba existen 35 cofradías de penitencia en la actualidad que organizan las procesiones, algunas con siglos de historia, y que aglutinan a ciudadanos de todas las edades y condición social.
La gastronomía cordobesa es muy rica y variada, pero de entre todos los platos destacaremos el famoso salmorejo, una especie de crema fría hecha a base de tomate, tiene similitud con el gazpacho pero más espeso. Otro plato muy tradicional de Córdoba es el flamenquín, para concluir este apartado no podemos pasar por alto el suculento rabo de toro.
En cuanto a la artesanía más autóctona encontramos los repujados y modelados en cuero, la orfebrería trabaja el oro y la plata para elaborar la filigrana, así mismo la joyería clásica es otra de las grandes labores totalmente artesanas de la ciudad.
Más información sobre Córdoba en www.turismodecordoba.org y a través del teléfono 902 201 774
Imágenes y/o textos cedidos por el Consorcio de Turismo de Córdoba.