El rutómetro, esa pieza clave en los viajes. 2ª parte. La elaboración

Segunda entrega del monográfico dedicado al rutómetro. En esta segunda parte vamos a centrarnos en contaros como se gesta, elabora y produce uno de estos documentos, que bien hechos trasladarán al papel los auténticos sentidos del terreno.

La elaboración de un rutómetro…vaya cuestión más amplia, difícil y hermosa. Fabricar un rutómetro “como dios manda” no es tarea fácil. Lo primero que debemos plantearnos para que aquello salga medio bien es conocer el terreno, el entorno por donde nos vamos a mover, qué nos vamos a ir encontrando conforme avancemos con él por el terreno y sobre todo y más importante, ponernos en la piel de ese cicloturista que va a recorrer estos parajes y lugares por primera vez y que de esa ocasión se impregne de lo mejor de todo lo que va a ir encontrando.

Lo mejor será haber descubierto por nosotros mismos y apoyado en los medios que tengamos a nuestro alcance en ese momento, ese trayecto que nos haya gustado tanto que queramos compartirlo, para que quienes pedaleen esos lugares tras nosotros puedan sentir sin demasiados quebraderos de cabeza lo mejor de ese recorrido. Nuestras indagaciones estudiando mapas, tracks, fotos y guías nos irán poniendo en la “buena senda”. Hay que tener en cuenta que al desarrollarse nuestro trazado en el medio montañoso y rural las guías de senderismo se convertirán en nuestras mejores aliadas para escudriñar el terreno, así como las indicaciones de otro compañero que ya pasó por allí o que en el mejor de los casos nos llevó a que conociésemos ese excelente recorrido.

Ya lo tenemos todo y somos capaces de transitar por allí sin perdernos, con lo que además podremos valorar en su conjunto la zona que queramos documentar en cuanto a distancia, desnivel, dificultad física y técnica, factores externos objetivos como cantidad de sombra, exposición al viento etc. Ha llegado el momento y nos pertrecharemos con todo lo necesario como os vamos a explicar a continuación.

Solo nos resta lo más importante. La empatía será el más relevante ejercicio que deberemos desarrollar mientras elaboramos el rutómetro, ponernos en el lugar del ciclista que llega a ese punto y tiene que interpretar lo que le vamos a contar en ese escueto trozo de papel.

La preparación

Un rutómetro debe estar dotado de personalidad y seguir un criterio uniforme, quiere decir que si tenemos una forma determinada de explicar las cosas no debemos cambiarla a lo largo del mismo, si no conseguiremos despistar al lector que ya se ha acostumbrado a interpretarnos, con lo que si cambiamos nuestro “lenguaje” provocaremos su desconcierto. El haber seguido antes varios rutómetros (cuanto más malos mejor) nos ayudará a obtener criterio suficiente para elaborar nosotros el nuestro, la práctica hará el resto. La rigurosidad en la toma de datos y elaboración hará que nuestros rutómetros tengan una mayor fiabilidad y reputación.

Los elementos que vamos a necesitar para salir a tomar los datos sobre el terreno los podemos clasificar en dos grupos, básicos y extras.

Básicos:

-Hoja de anotaciones.- La misma tendrá columnas y filas con casillas en las que anotar los datos de distancia total, distancia parcial, diagrama o croquis del cruce o hito y descripción de la acción que debamos hacer para seguir el camino en cada momento.

-Cuenta kilómetros.- Se trata de la herramienta esencial para elaborar el documento. Deberá estar perfectamente calibrado ya que será el que nos marque las distancias entre cada cruce o hito.

Extras:

-GPS.- Si tenemos la intención de realizar rutómetros con asiduidad os recomendamos que os hagáis con un GPS. En este caso no ya para aportar una información que es totalmente independiente al rutómetro, sino para la obtención de perfiles altimétricos y mapas de excelente fiabilidad y calidad, que estos sí incluiremos en el rutómetro.

-Grabadora de voz.- En ella iremos dictando los datos de cada uno de los cruces o hitos del camino. Con ello evitaremos el tener que utilizar el papel y bolígrafo continuamente, con lo que ganaremos en comodidad. Son igualmente válidos tanto los teléfonos móviles como los MP4 que incorporen esta función. Este método presenta la ventaja de poder explayarnos en la explicación, para que al llegar a casa nos sirva para poder dibujar y describir más adecuadamente cada hito o cruce.

-Cámara fotográfica.- Una foto nos puede sacar de alguna duda en el momento de la edición del mismo, así como servirnos de documentación en la aplicación que deseemos.

La toma de datos

Para empezar y como premisa esencial, deberemos ser rigurosos a la hora de la toma de los datos de distancias. Además indicaremos y haremos las mismas maniobras lógicas que haría el ciclista siguiendo nuestro rutómetro y no dejando a su imaginación la misma.

El punto más delicado de cada rutómetro es el de inicio, en muchas ocasiones cuando este no está lo suficientemente bien definido nos dará problemas para iniciar la ruta, con lo que pondremos especial cuidado e interés en situarlo perfectamente. Para ello buscaremos cualquier hito lo suficientemente significativo como para no dar lugar a equívocos, por ejemplo: “partimos desde la puerta de la iglesia del sagrado corazón en la plaza”. Cuando haya demasiada densidad de cruces por kilómetro que no sean relevantes para la continuidad del camino obviaremos su descripción, ya que si no el rutómetro sería interminable y engorroso de seguir, en ese caso podremos indicar ”seguir el camino principal ignorando los secundarios”. En cambio cuando pasen demasiados kilómetros sin ningún cruce intentaremos añadir algún hito que haga asegurarse que se sigue por el camino correcto. En definitiva indicaremos sólo los más importantes y no dejaremos demasiados kilómetros sin descripción alguna. Otro punto delicado es cuando tengamos que abandonar una carretera para tomar un camino y no tengamos un punto de referencia importante en el que apoyar la descripción, en ese caso tendremos que ser tremendamente escrupulosos al determinar el parcial y buscar e incluir cualquier hito anterior que refuerce este. Es importante saber que la descripción que debemos hacer de cada hito ha de referirse al punto en que lleguemos a él y describir la acción a tomar desde esa posición, no antes ni después.

Indicar los cambios en el tipo de piso en cada momento, es muy importante tanto como dato objetivo de orientación, como para finalmente tomar nosotros las medidas que nos permitan medir la cantidad de tipo de suelo que supone sobre el total del rutómetro. Conocer de antemano la distancia que tendremos que recorrer sobre sendero, pista o asfalto nos será de gran ayuda para valorar la dificultad de la ruta. Por último y siempre que la conozcamos haremos referencia la toponimia, que no es otra cosa que los nombres que el hombre ha ido dando a los accidentes del terreno a lo largo de la historia, será otro de los grandes reveladores del terreno y su pasado, que enriquecerán notablemente nuestro trabajo.

La creación del documento

Una vez superado todo el proceso anterior, cosa ya de por sí compleja, llegamos al momento de editar el rutómetro. Los datos mínimos que debe contener este serán los tomados directamente sobre el terreno que permitirán seguir el camino correcto. Pero cuantos más datos incluyamos en él mejor será. Estos datos también podríamos llamarlos ficha de la ruta, ya que aún no siendo imprescindibles para seguir el camino si que son importantes. Estos pueden ser:

-Localización geográfica                -Poblaciones que transita            -Distancia total

-Desnivel acumulado positivo          -Tiempo estimado                      -Ciclabilidad

-Dificultad física y técnica      -Distancia y porcentaje sobre el total de asfalto, pista y sendero.

 

 

Sí además añadimos otra información como espacios naturales o lugares de interés en el recorrido mucho mejor. Una descripción general que hable a grandes rasgos del recorrido que vamos a hacer indicando que valle atravesamos, que puerto superamos o que río cruzamos, supone otro importante punto a favor de nuestro rutómetro.

Para obtener el mapa con el trazado y el perfil altimétrico, será sumamente fácil si hemos grabado nuestra ruta con un GPS, en ese caso tan solo tendremos que descargar el track por ejemplo en la aplicación de rutas de esta Web Andalbikemap e inmediatamente lo podremos utilizar. Caso de no contar con GPS podremos dibujarlo a mano con alguna de las múltiples aplicaciones que hoy día tenemos a nuestro alcance a través de la red, aunque tendremos que conocer perfectamente el recorrido sobre el mapa previamente.

Ya solo nos queda plasmarlo en el archivo definitivo. Para ello podremos hacer uso de programas que nos permiten ediciones de documentos de este tipo, los más comunes y usuales pueden ser Word o Excel. Estos mismos cuentan con sencillas herramientas de dibujo con las que crearemos los distintos iconos que insertaremos en las correspondientes casillas, que una vez creados guardaremos en una de sus pestañas para poder reutilizarlos conforme los vayamos necesitando.

Toda esta información podremos editarla también en formato de rutómetro electrónico. Podéis obtener toda la información al respecto de nuestro reportaje Nuevas funciones en los GPS específicos para outdoor que mejoran la práctica del cicloturismo

Ahora el turno es vuestro para lanzaros al apasionante mundo de crear y documentar rutas y viajes. Si estáis interesados en ampliar la información o incluso que impartamos un mini cursillo sobre el proceso detallado y completo de los rutómetros, solo tenéis que poneros en contacto con nosotros a través nuestro correo: info@andalbike.com

 

*Este reportaje se complementa con la primera parte del mismo