Empaquetar la bici para viajar

Cuando vamos a viajar usando medios de transportes públicos llevando nuestra bicicleta, en casi todos ellos nos obligarán a embalarla, o al menos protegerla para que no manche otros bultos y ocupe poco sitio. Además debemos preocuparnos por protegerla de los golpes, roces, etc. Vamos a preparar la bici para viajar en avión.

La primera opción

Ante todo debemos aclarar que lo que vamos a exponer es una alternativa económica y de fortuna para embalar nuestra bici caso de tener que transportarla en medios públicos. Ya que la mejor forma de hacerlo es utilizando una bolsa específica para el transporte de esta como la foto que vemos a continuación.

La operativa en este caso se simplifica operando de la siguiente manera.

Primero, al planificar nuestro viaje buscaremos que tanto la ciudad de inicio como la de fin de nuestro viaje cuenten con oficina de la empresa de transporte que hayamos escogido para enviar nuestra bolsa. Cuando lleguemos a nuestro destino acompañados de nuestra bici desembalaremos la misma y procederemos a montarla, a continuación nos dirigiremos a la oficina de la empresa de transporte y facturaremos la bolsa-maletín a la oficina de la compañía de transporte en nuestro destino final de viaje. Cuando lleguemos a nuestro destino solo tendremos que pasar por la oficina, recoger nuestra bolsa, empaquetar de nuevo la bici y regresar con ella en el medio de transporte que hayamos escogido para la vuelta.

Caso de no usar esta opción procederemos de esta otra más económica.

El viaje de ida

Cuando vamos a desplazarnos en avión acompañado de nuestra bicicleta a otra parte del mundo debemos estudiar detenidamente las condiciones de la compañía aérea, esto nos permitirá tomar una serie de decisiones acerca de cómo prepararla, por ejemplo, el peso máximo del paquete bici, en Air Berlín, es de 20 kg. así, teniendo encuenta el peso del embalaje, podemos aprovechar esa misma caja para incluir parte de nuestro equipaje.  En algunas compañías aéreas nos permitirán llevarla sin embalar, con las únicas condiciones de que se desmonten los pedales, el manillar se coloque girado, y se baje el asiento, todo para ocupar el menor sitio. También hay que desinflarle las ruedas, ya que por los cambios de presiones en el avión, pueden reventar.

Pero aprovechando que es el viaje de ida, lo mejor es protegerla, para que llegue bien al destino y podamos comenzar nuestra aventura sin tener que localizar un taller para repararla. Así que vamos a embalarla y meterla en una caja de cartón para que llegue bien.

 

Comenzamos por desmontar los pedales, teniendo en cuenta que el pedal derecho se afloja en el sentido de las agujas del reloj y el izquierdo al contrario. Una vez desmontados podemos montarlos por dentro, con ello se evita que sobresalgan y por otra parte no los perderemos.

Es muy importante no olvidar llevar todas las herramientas que utilicemos en el desmontaje de la bici, ya que las necesitaremos en el lugar de destino para volver a montarla.

 

Después desmontaremos el manillar. En este caso quitamos los tornillos que lo sujetan a la potencia. También podríamos aflojar el tornillo superior que une la potencia a la dirección y girar el manillar. Pero nosotros vamos a desmontar el manillar, pues pretendemos que nuestro paquete ocupe el menor espacio posible.

Aflojamos los frenos y sacamos los cables de los cambios y del freno trasero para poder manipular el manillar con más facilidad.

Posteriormente nos vamos a preocupar de las ruedas. Las sacamos y desinflamos y extraemos los cierres completamente, que colocamos en la horquilla y en las vainas.

 

No podemos olvidar desinflar los neumáticos.

Fijamos el manillar mediante bridas al cuadro, cuidando que los cuernos no queden hacia el exterior.

Protegemos con trapos y cartones los lugares de roce.

 

Colocamos las ruedas desinfladas sobre el cuadro de tal manera que el apoyo en el suelo, una vez sujetas, impida que toquen en el suelo los platos, horquilla o cuadro. Las aguantamos con bridas de plástico y protegemos los lugares de roce.

 

Ya tenemos la bici comprimida, con el menor tamaño, y protegida. Ahora bastaría con envolverla en plásticos para protegerla un poco más. Pero como es el viaje de ida nos podemos permitir ir con nuestro coche a una tienda de bicicletas amiga y pedirle una caja de bici, donde vienen las bicicletas de fábrica. Iberia tiene una caja para el transporte de la bici, que hay que comprar.

Pero una vez que tenemos la caja de la bicicleta nos daremos cuenta del tamaño tan grande que tiene, y pensaremos que nos hemos pasado desmontando cosas, pero cunado intentamos manipular la caja nos damos cuenta que es demasiado grande para moverla por un aeropuerto, además de nuestro equipaje. Así que lo mejor es transformar la caja y adaptarla a la medida de nuestra reducida bicicleta.

 

Recortamos la caja con la intención de que nuestra bici quede protegida y además la podamos transportar con cierta comodidad, para eso le colocamos unos trozos de cuerda atados al cuadro, debajo del sillín y a la potencia.

Y hacemos unos agujeros en la caja por donde sacaremos estos trozos de cuerda. Ahí engancharemos una bandolera de cualquier bolso viejo que tengamos, o bolsa de ordenador. o de lo que sea. Luego nos puede servir para transportar las alforjas hasta la habitación del hotel.

 

Y ya tenemos una maleta con asa para transportarla cómodamente. Sólo nos queda liarle cinta de embalar, escribir con rotulador "Frágil" (que no sirve para mucho) e identificarla con nuestro nombre y dirección o teléfono de contacto, por si acaso...

Hay que pesarla, no puede superar los 20 kg. y hay cajas que pesan bastantes. Ojo con eso.

Ahora hay que convencer a un amigo, o hermano que nos lleve al aeropuerto. El tema de los taxis es otra historia...

Y a la vuelta ¿qué, cómo lo hacemos? Te lo cuento otro día...

 

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