El avistamiento de cetáceos, una actividad singular a realizar como complemento al cicloturismo en el transcurso del Andalbike del Estrecho, una oportunidad perfecta para observar a estos grandes y enigmáticos mamíferos.
El Estrecho de Gibraltar, mágico por sus particularidades, es el único canal de comunicación entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo y punto de separación entre España y Marruecos. Reúne aspectos biológicos, geográficos, arqueológicos, pesqueros y paisajísticos. Es parte de la ruta de aves migratorias y reúne condiciones ideales para la presencia de delfines y ballenas.
Las aguas de esta zona, declarada Reserva de la Biosfera, son ricas en alimento, lo que explica la presencia de siete especies de cetáceos. Podemos ver a algunos durante todo el año, son las especies residentes y a otros en determinadas épocas, en función de sus necesidades, migrando a través de este canal.
La navegación en el Estrecho se torna más emocionante incluso cuando un grupo de delfines se acerca a la proa del barco para encontrarse con los visitantes. Estos simpáticos mamíferos son las estrellas de los mares con sus saltos acrobáticos y su comportamiento social. Si a lo lejos observamos un gran soplo puede ser el de un rorcual, el segundo animal más grande del planeta, que atraviesa el Estrecho de Gibraltar en su ruta migratoria. Impresionante es, también, la cola del cachalote, animal de 18 metros y hasta 50 toneladas que se deja ver en temporadas entre las costas que nos limitan. Con un grupo de calderones, o “los durmientes del Estrecho”, podríamos intercambiar miradas como si de un saludo se tratase.
Y al acercarnos a los pescadores nos concienciaríamos de lo que supone su eterna pelea con las orcas por los atunes rojos que, habiendo desovado en el mar Mediterráneo, pasan por nuestras aguas para llegar al océano Atlántico. Espadarte, esparte, Espartel. La gran aleta del macho de la familia de orcas da nombre a su lugar de residencia de verano, el cabo en el que encontramos a estos polémicos cetáceos ganándoles los atunes a los pescadores artesanos.
Sólo conociendo a los seres que pueblan nuestros mares, podemos cuidarlos y preservarlos. El avistamiento de cetáceos es una actividad fundamentada en la investigación científica y la educación ambiental, dentro del ecoturismo. En todas las salidas, un grupo de guías biólogos acompañarán a los viajeros atendiendo a dudas, interpretando los avistamientos y recogiendo datos de las distintas especies y de sus comportamientos. Más adelante, esta información será utilizada para elaborar informes, estudios científicos y colaborar con otras organizaciones en el mayor conocimiento de los mamíferos marinos que pueblan mares y océanos. Se llevarán los resultados a congresos nacionales e internacionales y se publicarán en revistas científicas y divulgativas. La probabilidad de éxito en el avistamiento es superior al 90% en todas las salidas, con la garantía de una segunda oportunidad, en el remoto caso de no haberse cumplido el objetivo en el primer intento.
En una salida de avistamiento de dos horas podemos, no sólo avistar delfines y ballenas, sino también aves marinas o bandadas de aves migratorias. Nos cruzaremos con los enormes barcos que atraviesan esta importante vía marítima y podremos contemplar la costa africana y la europea contrapuestas.
Fuente: Turmares S.L.