En la costa atlántica de la provincia de Cádiz se encuentra el Parque Natural La Breña y Marismas de Barbate, uno de los tres espacios protegidos en la Comunidad Autónoma Andaluza que incluye una zona marítima, configurándose como un Parque marítimo-terrestre. Abarca una superficie total de 5.077 hectáreas de las que 3.925 son terrestres y 1.152 son marinas. Situado en la entrada del Estrecho de Gibraltar constituye un punto de apoyo para las rutas migratorias de aves en las marismas del Barbate.
Los ecosistemas más representativos de este espacio protegido son los sistemas marinos (subacuático y litoral), acantilados, pinar, marismas (actualmente en zona periférica) y sistemas dunares de pequeña extensión.
La superficie terrestre está constituida por un acantilado costero que alcanza en las zonas más elevadas los 100 m de altura sobre el nivel del mar, donde se sitúa la Torre del Tajo que ofrece una vista espectacular sobre las aguas azules del Estrecho. En el agua y al pie del escarpe se aprecian grandes bloques desprendidos por la acción erosiva del oleaje y pequeños entrantes donde se observan depósitos arenosos que son cubiertos durante las pleamares.
La cima del acantilado está colonizada por un bosque de pino piñonero, fruto de las repoblaciones efectuadas a finales del siglo pasado, acompañado de un sotobosque de matorral mediterráneo muy clareado para evitar los incendios. En el borde del acantilado aparecen algunos ejemplares de pino carrasco mezclados con sabinas y enebros junto a arbustos de forma almohadillada capaces de resistir el empuje del viento. La avifauna nidificante está compuesta principalmente por fringí1idos, verdecillos, jilgueros y pinzones junto a algunos páridos como el carbonero común y el herrerillo capuchino. Hay que destacar una pareja de halcón peregrino y otra de cernícalo vulgar.
El ambiente salino de la pared del acantilado es debido a las pequeñas gotas de agua de mar que el viento levanta y estrella contra las rocas denominándose este efecto «spray salino». Estas condiciones físicas dan lugar a que se desarrollen comunidades vegetales características de marismas y adaptadas a ambientes salinos, denominadas especies halófitas, entre las que encontramos la barrilla, los almajos dulces y salados o la siempreviva. En las zonas resguardadas y más extensas del escarpe se desarrollan higueras salvajes y zarzas.
Las paredes rocosas del acantilado son utilizadas como lugar de cría para distintas especies de aves. La colonia de gaviota argéntea es la más antigua de todas, pero la más numerosa corresponde a la garcilla bueyera, encontrando algunos nidos de garceta mezclados entre ellos. Grajillas y estorninos negros forman colonias en la torre del Tajo y en las grietas y cornisas del acantilado.
La extensión marítima de este Parque corresponde a una milla marina a lo largo de la costa, constituida por fondos rocosos debidos a los bloques caídos del acantilado que descansan sobre un sustrato arenoso. Las comunidades biológicas propias de este tipo de hábitats están muy influenciadas por los movimientos de las mareas. Se observan preferentemente diferentes tipos de a)gas, mientras que en la zona superior y desnuda de algas aparecen moluscos como el bígaro enano y la lapa.
Dentro del Parque no se localiza ningún asentamiento humano, situándose el pueblo de Barbate muy próximo a su límite este. El recurso principal es la recolección de piñas y piñones, al estar ocupado la mayor parte del espacio por un bosque de pino piñonero. También existe ganadería, principalmente ovina. Ambas actividades tiene un carácter marginal, ya que el puerto comercial y la industria de salazones absorben la mayor parte de la mano de obra de la población.
Fuente: Junta de Andalucía-Consejería de medio ambiente