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ANDALUCÍA BIKE EXPERIENCE / VIAJA EN BICICLETA POR ANDALUCÍA

REPORTAJES

26/07/2011
Bicicletas y equipamiento

Mantenimiento de la bici- El engrase.

En este reportaje os contamos como mantener a punto vuestra bici mientras vayamos de viaje. Procedimientos, sugerencias y precauciones para que el viaje sea suave...mecánicamente hablando.

Autor: Andalbike
Mantenimiento de la bici- El engrase.

Cuando emprendemos un viaje en bicicleta, vamos a utilizar nuestro vehículo durante varios días y no vamos a disponer ni de tiempo ni de accesibilidad a quién nos haga un mantenimiento del mismo.

El mantenimiento “mínimo” de una bicicleta es el engrase de los puntos más importantes y expuestos de la misma, siempre referidos a un número limitado de kilómetros ( < 2000 ). Para conseguir un funcionamiento preciso y adecuado, deberemos prestar atención al engrase de los puntos vitales que aquí indicamos en la forma descrita y recomendada.

 

Desengrasante específico para transmisiones y grasa sintética teflonada para los ejes principales.

En una bici como en cualquier artilugio mecánico, las zonas sometidas a fricción y giro son las que necesitan un engrase permanente y adecuado para evitar agarrotamientos, gripajes, atascamientos, ruidos, mal funcionamiento e incluso roturas.

A continuación relacionamos las zonas susceptibles de engrase en función de la atención periódica que necesiten y que dividiremos en dos grupos:

Los ejes principales

  • Bujes
  • Eje pedalier
  • Pedales(ejes)
  • Dirección

Estas partes para su engrase y mantenimiento, necesitan de herramientas específicas y conocimientos más profundos, por lo cual no nos centraremos en ellas, ahora bien, es más que recomendable hacerles una revisión y mantenimiento si vamos a emprender un viaje ya que se trata de partes vitales de nuestra bici. Una visita al taller se presenta como una ocasión perfecta para comprobar el estado general de la transmisión. Cadena, roldanas, piñones y platos no deberían presentar excesivo desgaste antes de emprender nuestro viaje.

Transmisión, mandos y pivotes

  • Cadena
  • Cambio y desviador
  • Pedales (muelles en automáticos)
  • Fundas/cables
  • Horquilla (barras)

Este segundo grupo, al ser partes fácilmente accesibles y no necesitar de herramientas para su mantenimiento básico, va a ser sobre el que vamos a desarrollar este reportaje. Al ser precisamente las partes más accesibles, también son las que más sufren los elementos externos que las deterioran.

Podremos utilizar dos tipos de aceites en función de las condiciones de camino.

Manos a la obra

Primeramente vamos a hacer referencia al proceso de mantenimiento diario de nuestra bici cuando vayamos de viaje.

Al finalizar nuestra jornada de pedaleo y una vez localizado nuestro alojamiento, deberíamos hacer un repaso de la bici y comprobar su funcionamiento general. Si la jornada ha sido lluviosa y/o con barro ni lo dudaremos, estas son las condiciones que más afectan al funcionamiento y rendimiento de la bici, por lo que procederemos al lavado y engrase de la misma. En cualquier caso las comprobaciones deben centrarse en la transmisión, verificando que todos los cambios se realicen con suavidad y no aparezcan ruidos extraños, visualmente verificaremos que la cadena no se encuentre reseca ni con restos extraños, esto mismo lo aplicaremos al cambio y el desviador. También comprobaremos, caso de llevarlo, toda la tornillería que sujete nuestro portaequipos al bastidor de la bici, ya que con el peso que soportan están sometidos a importantes esfuerzos. Si en la cadena y cambios observamos sequedad, suciedad y ruidos, procederemos a su limpieza y engrase.

Aplicaremos un "hilo" de aceite sobre la cadena mientras giramos los pedales hacia atrás.

Para ello lo mejor será acudir a un lavado a presión, que correctamente utilizado se convierte en nuestro mejor aliado para estos menesteres. Si podemos hacernos con él, lo mejor es contar con un desengrasante potente (*), preferiblemente uno específico para transmisiones de bici, si no el de tipo”KH-7”será suficiente.

Engrasando los ejes de las roldanas del cambio trasero.

Las partes de la transmisión que van a necesitar nuestra atención serán, la cadena, el casette de piñones, el cambio trasero, el desviador de platos, los pedales (automáticos) y las barras de la horquilla. Para ello procederemos a rociar con desengrasante estas partes, poniendo especial énfasis en que tanto los piñones como la cadena queden totalmente impregnados, pasados unos minutos habrá hecho efecto el desengrasante, por lo que procederemos a aplicar el agua sobre estas partes para arrastrar toda la suciedad y restos de aceites. Si utilizamos una manguera de alta presión, pondremos especial cuidado en no aplicar directamente el chorro sobre los ejes principales como bujes, eje pedalier y dirección. Aplicando el chorro de forma transversal sobre los piñones y girando las bielas hacia atrás (ayuda) enseguida conseguiremos dejarlos como nuevos. Lo mismo haremos con la cadena hasta dejarla totalmente limpia. A continuación procederemos con el resto de la transmisión (cambio, roldanas y desviador), los pedales y la horquilla. 

En todos los pivotes aplicaremos una gota de aceite.

Si contamos con aire comprimido secaremos todas estas partes antes de proceder al engrase, si no esperaremos unos minutos a que escurra suficientemente el agua y luego sacudiremos la bici varias veces, elevándola un palmo sobre el suelo, para dejándola caer eliminar toda esa agua restante. 

Si utilizamos pedales automáticos, deberemos reengrasar sus muelles tras el lavado. 

Ahora vamos al engrase propiamente, para ello y girando las bielas hacia atrás, aplicaremos un chorro constante de aceite sobre la parte superior de la cadena hasta haber completado dos ciclos completos (unas 10 vueltas de pedal) , a continuación con un papel de manos o trapo eliminaremos el aceite sobrante haciendo girar la cadena y pasando el papel bajo ella. Continuaremos con el cambio y las roldanas de la patilla, aplicando unas gotas de aceite en sus pivotes y ejes, así mismo en el desviador de platos y en los muelles de los pedales caso de que estos sean automáticos poniendo unas gotas en ellos para conseguir que vuelvan a ser suaves. Ya solo nos restan un par de gotas en las barras de la horquilla y en las entradas de los cables en sus fundas si hubiéramos notado dureza o falta de tacto en los cambios/frenos. 

Sobre todo tras condiciones de lluvia, engrasaremos las entradas de los cables en las fundas. 

Recomendamos el uso de aceites específicos de calidad para bicicletas. Lo más adecuado es un aplicador tradicional (de boquilla) caso de transportarlo nosotros. Si vamos a circular por zonas con posible barro o en invierno con agua, lo mejor será un aceite denso resistente al agua y barro y por lo tanto duradero, en caso contrario lo más adecuado será un aceite altamente teflonado  que conseguirá apartar el polvo de las zonas aplicadas con el.    

Una vez engrasemos la cadena, retiraremos el aceite sobrante ayudándonos de un papel de manos o trapo haciendo girar la misma.

 

(*) Si contamos con servicio de transporte de equipaje podremos incluir en el mismo el desengrasante.

 

Curso de cicloturismo



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