Luchar contra el barro. Cambio de frenos V-brakes por frenos de disco

Cuando viajando tienes la mala suerte de entrar en zonas con barro arcilloso, este se pega a la rueda, y a este las piedras, hierbas, ramas, etc. Finalmente termina por obstruir el paso de la rueda en la zona de los frenos V-brakes, frenando, literalmente, la bicicleta. Cansado de tanto sufrir, vamos a poner un poco de solución.

Tras comprobar que mi bicicleta se bloqueaba antes que la de mis amigos, con modelos más modernos que la mía, decidí averiguar cómo dar solución, o mejorar, el problema del barro pegajoso que se acumula en la horquilla y termina bloqueando la bici.

Primero observé que la rueda trasera, como suele pasar por el mismo sitio que la delantera, coge menos barro, y por tanto se le pegan menos elementos. Después ví que las ruedas que tienen menos tacos perpendiculares, por el filo de fuera, transportan menos cantidad de barro a la horquilla, así que cambié de cubierta, buscando una que me diera las prestaciones suficientes para viajar por caminos de montaña. Y por último, que los frenos V-brakes (los de tacos, de toda la vida), al estar tan cerca de la cubierta, trabajando sobre la llanta, son los primeros en dejar de funcionar bien y en provocar la mayor acumulación de barro en la horquilla, pues cierran bastante el paso de rueda, mientras que los de disco están lo más alejado que se puede del suelo, en el centro de la rueda, se mantinen bastante limpios. Así que decidí cambiar los frenos por unos de disco, de momento sólo en la rueda delantera.

Lo primero es saber si a tu bici se le pueden poner frenos de disco. Para eso deben tener la cogida en la horquilla. Si no la tiene, mas vale que lo dejes (o cambias de horquilla). Una vez decididos a realizar el cambio, lo más seguro es que tengamos que cambiar la rueda delantera por otra que esté preparada para colocarle el disco. Hay llantas que son mixtas, es decir, vienen montadas con las pistas de frenado laterales y traen la cogida para el disco. De no ser así, tendremos que comprar una rueda nueva. Aconsejo, que ya que hacemos la inversión, busquemos una de sólo para discos, ya que pesan menos y son más resistentes al impacto. Como la quiero para viajar, he buscado una de radios en tres cruces (estos radios se encuentran en cualquier taller o tienda de bici), aunque la rueda, si la queremos con unos mínimos de calidad, no nos será tan fácil encontrar.

Después necesitaremos la pinza y el disco, el cable, el terminal del cable, la funda del cable y sus terminales. A veces se puede encontrar una pinza de cable en las tiendas, que haya sido sustituida en una bicicleta nueva por otra hidráulica (ya que estos frenos son más potentes que los de cable), a buen precio. La pinza nueva alrededor de 30 euros, el disco nos puede costar como unos 9 euros y el resto de elementos un poco menos. Seguramente necesitemos también un adaptador para la cogida de la pinza a la horquilla (unos 5 euros).

Lo Primero que tendremos que hacer es montar el disco de freno en la rueda. En las cogidas estándar esto se hace mediante 6 tornillos. Después colocaremos el adaptador de la cogida de la pinza, normalmente necesario. Si es la primera vez que lo hacemos, lo mejor es presentar la rueda con el disco en su sitio, de esta manera podremos identificar más facilmente la posición correcta de las diferentes piezas. Una vez apretados los tornillos que sujetan el adaptador, pasamos a colocar la pinza del freno.

Observamos cuál es la posición correcta y apretamos los tornillos, pero no a tope, sino suavemente. Vamos a necesitar que estén un poco flojos para centrar la pinza con respecto al disco.

Pasamos a la maneta de freno, que como el freno sigue siendo de cable, nos va a servir la misma que teníamos. Retiramos el antiguo cable y lo sustituimos por uno nuevo, ya que el anterior será demasiado corto. Nos fijamos cómo sale para colocar el nuevo en el mismo sitio. Después calculamos la funda de cable que va a necesitar, lo presentamos, llevándolo desde la maneta hasta la pinza. Cortamos el trozo que necesitemos, le colocamos los terminales y pasamos por él el cable.

Llevamos te cable hasta el perrillo donde será mordido en la piza, lo apretamos, aunque no a tope, para poder ajustarlo después, y cortamos el cable que sobre y le colocamos el terminal al cable, para evitar que se deshilache.

Después, probaremos que la longitud que le hemos dado al cable, mordiéndolo es el correcto para que la piza funcione correctamente. Si es así, apretamos definitivamente el tornillo que muerde el cable en la pinza y más tarde lo afinaremos al final con el tensor de la maneta, hasta dejarlo a nuestro gusto.

Ya lo único que nos queda es situar correctamente la pinza con respecto al disco. Los discos de cable, sólo mueven una de los dos pastillas del freno, pues sólo tienen un émbolo, por lo que habrá que evitar, en la medida de lo posible la deformación del disco. Para ello lo más fácil es aflojar un poco la pinza y coger la maneta del freno a fondo. La pinza se desplazará y se centrará con respecto al disco. Apretamos y compobamos que al dejar de frenar no rozan las pastillas, haciendo girar la rueda. Si roza, volvemos a aflojar y desplazamos un poco la pinza.

No creas que con esto se han solucionado los problemas con el barro, pero sí tardaremos un poco más en llenar el arco de la horquilla hasta que se bloquee la rueda. Además disponemos de un freno más eficaz. Si hay barro, lo mejor es esquivarlo (siempre que se pueda, claro).

Sí os fijáis hemos escogido un freno de disco accionado por cable en lugar de hidráulico, más potentes, suaves y efectivos, el motivo es bien sencillo, precisamente eso, la sencillez es lo que debe primar en nuestra bicicleta a la hora de viajar, una avería en este freno será facilmente reparable incluso por nosotros mismos en ruta, en cambio una avería en un freno hidráulico es muy probable que nos complique tremendamente nuestro viaje.